sábado

Otra ventaja dilapidada (1-1)

La Real Sociedad se vuelve de Murcia con un punto en el bolsillo, tras empatar en un partido en el que el juego dejó mucho que desear. Carlos Bueno adelantó a los txuri urdin, en la segunda parte, pero la alegría sólo duró cinco minutos.

Otra vez más la Real no supo mantener la ventaja en el marcador. En un partido que estaba siendo complicado, con un Murcia que estaba dando problemas a la Real, los donostiarras lograron ponerse por delante nada más iniciarse en la segunda parte. Pero, una vez más, no pudieron mantener la ventaja en el marcador. Algo pasa en los siguientes minutos a anotar un gol en estos partidos raros, que la Real se pone nerviosa y no consigue aguantar el resultado.

El partido fue bastante malo en su totalidad. La Real hizo una primera parte para borrar de su historial, en gran parte debido a que no existió el centro del campo para crear, porque Martín Lasarte así lo decidió. También sorprendió la decisión de jugar sin banda izquierda, al colocar a Mikel Aranburu en esa posición, para poder meter a Zurutuza en la media punta. Tampoco le funcionó esa variante a Martín Lasarte, que tras el descanso decidió cambiar para volver a meter a un hombre de banda, como Songo’o que fue de lo mejor que tuvo la Real en la segunda parte.

De este modo, la novedad en el once de la Real fue que Mikel Aranburu ocupó de salida la banda izquierda, en detrimento de Griezmann, para poner en la media punta a Zurutuza. Así, la Real formó con Bravo en portería, Carlos Martínez, Ansotegi, Labaka y Mikel González en defensa; Elustondo y Rivas en la medular; con Aranburu y Nsue en bandas, Zurutuza de enganche y Carlos Bueno como único punta.

Por su parte, el Real Murcia formó con un 4-4-2, con Juantxo Elia en portería, De Coz, Iñaki Bea, Sergio Fernández y Sergio Escudero en defensa; Bruno y Mejia en el doble pivote; con Capdevilla e Isaac abiertos en banda, y Chandro y Natalio en la punta de ataque.

Mala primera parte

La primera parte fue bastante mala. La Real no tuvo en ningún momento las ideas de juego claras. En los diez primeros minutos pareció que Lasarte renunciaba a los dos jugadores del centro del campo. El equipo únicamente jugaba con balones largos dirigidos a ninguna parte, mientras que en defensa Elustondo y Rivas eran los que tenían que tratar de parar en primera instancia las acometidas murcianas.

El equipo pimentonero salía muy rápido a la contra. Isaac y Capdevila por bandas hacían mucho daño a la Real, sobre todo, cuando la llegada del Murcia venía por algún balón perdido por parte de la Real en el centro del campo. Si no, con la Real bien colocada, el equipo local tenía más problemas para meter centros peligrosos al área de Claudio Bravo.

En ataque, las cosas tampoco funcionaron. Los de Martín Lasarte tenían problemas para salir con el balón. Tras unos diez primeros minutos en los que pecaron de balones largos, según pasaron los minutos la Real fue teniendo algo más la pelota y pudo tocar. Sin embargo, el juego de toque de la Real apenas superaba la línea de tres cuartos. Zurutuza trataba de caer a banda izquierda, ante la ausencia de un hombre propio de banda, mientras que Nsue, salvo por una volea espectacular en el minuto 13, apenas apareció en el juego de la Real.

Dos centros con peligro al área murciana y un disparo en centro chut de Aranburu fueron las llegadas más claras de los donostiarras, mientras que el Murcia, con su juego rápido a la contra, metió numerosos balones al área de Bravo. Además, mediante los corners, los pimentoneros crearon muchos problemas a una Real que vio como se lesionaba Mikel González en el minuto 26. De la Bella entró en su sustitución, en unos minutos en los que los de Lasarte estuvieron muy nerviosos.

Songo’o de salida en la segunda

El técnico uruguayo pareció darse cuenta de las carencias de su equipo en la primera parte, puesto que decidió dejar en el vestuario a Zurutuza, que no había hecho gran cosa en la primera parte, para introducir a Songo’o. El camerunés se colocó en la banda derecha, desplazando a Nsue a la izquierda. Y se podría decir que funcionó, ya que la Real jugó más por banda y llevó más peligro al área rival.

Aún así, cerca estuvo de adelantarse el Murcia en el minuto 5, pero una gran intervención de Bravo evitó que llegara el primer gol local. La Real era más dueña del balón, jugaba a otra velocidad, tocaba más a placer, y se apoyaba mucho en la banda derecha, donde Songo’o trataba de ganar a su par por velocidad. Así, llegó el gol de la Real. En una internada de Songo’o en el minuto 7, Carlos Martínez recibió el balón, se lo cambió de pierna, metió un centro al corazón del área y, tras fallo de la defensa, Carlos Bueno sólo tuvo que empujarla al fondo de las mallas.

El partido parecía ponerse en franquía para la Real. Tocaba ahora protegerse de las acometidas del rival, para buscar dar la puntilla al partido. Sin embargo, esta vez tampoco pudo sujetar el marcador, y la alegría duró sólo cinco minutos. Una falta, dudosa, de Rivas en el borde del área fue ejecutada por Mejía, rebotó en la mano de Labaka, y entró ante un atónito Bravo, que nada pudo hacer para evitarlo.

El cambio de Griezmann llegó tarde

Tras el gol local, la Real se volvió a poner nerviosa y la calidad del partido volvió a bajar enteros. Los txuri urdin volvieron a vagar por el terreno de juego sin ideas, mientras que el Murcia se lo creyó y se fue al ataque. Diez fueron los minutos de locura local, hasta que la Real volvió a despertar de su letargo y volver a hacerse dueño del balón. Fue Diego Rivas el que trató de poner otro ritmo al equipo desde el centro del campo. Volvía a ser la Real que conocemos, de nuevo, pero se necesitaba algo más de rapidez. Urgía la entrada de alguien como Griezmann.

Lasarte decidió esperar y sacó al francés cuando únicamente quedaban diez minutos para terminar el encuentro. Quizá algo tarde, ya que la banda izquierda no estaba siendo utilizada, y podía ser uno de los puntos por donde atacar al equipo murciano. Así, Griezmann apenas tuvo oportunidad de entrar en el partido, que llegó al tiempo de descuento con la Real mejor en el campo, pero con un Murcia que seguía queriendo salir a la contra.

El descuento pudo ser fatídico para la Real. Los donostiarras vieron como los pimentoneros desaprovechaban dos claras ocasiones para decantar de su lado el encuentro. Afortunadamente para la Real no entraron y el encuentro terminó en empate, que visto lo viso, habrá que dar por bueno.

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