domingo

Traspié en Girona (1-0)

La Real Sociedad cae ante el Girona con un penalty por mano, involuntaria, de Ansotegi que Lesma López no dudó en pitar. El colegiado se equivocó, condicionó el partido y dejó sin sancionar un claro derribo sobre Carlos Bueno en área contraria.

De nada sirve echarle al árbitro la culpa de las derrotas, ya que puede sonar a escusa barata. Sin embargo, Lesma López condicionó el partido pitando un penalty por mano, completamente involuntaria, de Ansotegi en un lance en el que el delantero Calle buscó la caída dentro del área. A pesar de lo que digan por ahí, pienso que no es penalty, como también pienso que el colegiado no puede dejar de ver un claro derribo delante de sus narices sobre Carlos Bueno en el área del Girona, o una mano similar a la de Ansotegi de Galán que para la pelota en el suelo. ¿Por qué en un área sí y en la otra no?

El enfado también tiene relación con la imagen del equipo. La Real no ha sabido contrarrestar la tela de araña que el Girona le ha puesto sobre el césped. Los gerundenses han peleado, han presionado la salida de balón y han corrido mucho más que una Real estática y sin ideas, que ha tratado de crear peligro únicamente con balones colgados al área rival. La cara de Martín Lasarte de pie en su área técnica lo decía todo.

Ambos equipos saltaron al césped del estadio Montilivi con lo previsto. Así Martín Lasarte volvió a formar con lo habitual: Bravo en portería, Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González y De la Bella en defensa; Rivas y Elustondo en el centro del campo; con Griezmann y Nsue abiertos en banda, Aranburu de enganche y Carlos Bueno como único punta.

Por su parte, Narcís Juliá formó con Jorquera en portería, Galán, Cañas, Migue y José en defensa; Dorca y Matamala en el centro del campo; con Moha y Xumetra en bandas, peragón de enganche y Calle de delantero centro.

Lesma López condiciona el partido

El partido comenzó con un Girona mejor plantado en el terreno de juego. Los de Narcis Juliá se hicieron con el control del balón y Matamala y Dorca distribuyeron a su antojo ante una Real que se dedicó en los primeros minutos más a defender que a buscar llegar a las inmediaciones de Jorquera. Aún así, las ocasiones no llegaron a ningún área, hasta que al cuarto de hora de juego, Xumetra dio el primer aviso sobre la portería de Claudio Bravo.

Ese primer disparo del equipo local hizo despertar a la Real. Jugar el balón raso por el centro del campo, cosa que acostumbra la Real, era cosa imposible dada la tela de araña que tejían Dorca, Matamala, Xumetra y Moha para evitar que la Real jugara por el centro a placer. De este modo, los de Lasarte buscaron más las bandas, por donde llegó el peligro. Griezmann y Nsue trataron de colgar balones al corazón del área que no encontraban rematador, y cuando lo encontraban el punto de mira estaba desviado.

Dos ocasiones claras tuvo la Real antes de que llegara el fatídico minuto 22. Primero Nsue colocó un centro magistral al segundo palo hasta donde entraba Griezmann para empujar el balón al fondo de las mallas. Sin embargo, Galán se le adelantó en el último instante para despejar. Y dos jugadas después, Griezmann colocó un balón en la cabeza de Carlos Bueno, que el uruguayo mandó por encima del travesaño de la portería de Jorquera. Parecía que la Real comenzaba a crear verdadero peligro y que podía ser el primero en marcar. Pero apareció Lesma López, para pitar un penalty más que discutible, que costó, además la quinta tarjeta amarilla a Ansotegi que no podrá jugar en Huesca.

El árbitro se equivocó y Calle no desaprovechó el regalo para poner el que a la postre sería el 1-0 definitivo en el marcador. Con el gol el Girona no se echó atrás y siguió presionando la salida de balón de una Real que quedó muy tocada tras la decisión tomada por el colegiado, que además no aplicaba el mismo criterio para con los dos equipos. Se comió un claro penalty sobre Carlos Bueno delante de sus narices, que no sólo no pitó, sino que además señaló falta del delantero uruguayo. Además, amonestó a Nsue en una jugada que ni siquiera era falta.

Gol anulado a De la Bella

Tras el descanso, la Real salió con algo más de ritmo. Trató de romper esa tela de araña del centro del campo local, que tan buen resultado le estaba dando a Narcis Juliá, pero se topo con el larguero primero, y un disparo potente pero desviado después. Carlos Bueno conectó un gran cabezazo en el tercer minuto de juego de la segunda parte que fue al larguero, mientras que Aranburu disparó con mucha idea desde la frontal del área, pero salió desviado.

El juego paró en intensidad según avanzaba la segunda parte. Songo’o trató de poner más velocidad a la banda derecha, pero no se entendió con un Carlos Martínez algo nervioso y con ansiedad por subir la banda. Ambos lograron conectar centros al área rival, pero no encontraron rematador. Así, con el paso de los minutos, Lasarte decidió buscar más movilidad por el centro e introdujo a Sergio y Agirretxe en detrimento de Elustondo, que lleva varios partidos muy discretos, y Carlos Bueno que apenas encontró el balón en la frontal.

Pudo sentenciar el Girona mediada la segunda parte, pero Peragón se dejó el balón atrás en un mano a mano con Claudio Bravo. Los minutos pasaban y la Real trataba de llegar arriba, pero el Girona acumulaba efectivos en defensa que hacían poco más que imposible rasear el balón en las inmediaciones de la frontal del área. Aún así, los donostiarras pudieron empatar. Sin embargo, un cabezazo de Agirretxe salió muy cerca de la escuadra de la portería de Jorquera, y el colegiado anuló a instancias del linier un golazo de De la Bella que partió por muy poco en posición antirreglamentaria, pero que definió muy bien.

En tiempo de descuento la Real no pudo llegar apenas a las inmediaciones del área del Girona que terminó llevándose los tres puntos en un partido cuyo resultado más justo hubiera sido un empate.

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