lunes

C.A.I 2 - River Plate 0 ...vamos Rojo !!!!



Mientras los demás equipos importantes están cada vez peor, Independiente venció 2-0 a River, sumó su sexto triunfo clásico consecutivo y, de yapa, es único líder del Torneo Clausura 2010. Darío Gandín y Andrés Silvera anotaron los goles para un Rojo que fue de menor a mayor y terminó a puro toque ante un Millonario inofensivo, que coquetea con el descenso.

El primer tiempo del equipo de Américo Gallego fue muy flojo, aunque en los primeros minutos el Rojo presionó y fue superior. Independiente demostró ímpetu desde el inicio para meter a River contra el arco de Mario Vega y lo logró, pero tuvo poca profundidad: apenas un tiro de Gandín y un cabezazo de Silvera que el arquero visitante controló sin ningún inconveniente.

Sin embargo, a partir de los 15, River copó el medio, se hizo dueño del balón y mostró su mejor cara, al punto de haber estado cerca de abrir el marcador por medio de Matías Abelairas, quien solo frente a Adrián Gabbarini remató al bulto y encontró la muy buena reacción del arquero. Para fortuna del Rojo, Gustavo Canales se demoró en patear tras capturar el rebote y la defensa ahogó el peligro.

Cuando faltaba poco para el cierre, e Independiente no generaba nada, Walter Acevedo habilitó de manera magistral a Gandín, quien a la salida de Vega, definió bien y puso el 1-0. En el festejo, el Chipi se llevó las manos a sus oídos en respuesta a los murmullos que se escuchaban desde las tribunas ante los constantes fallos que venía teniendo. Más tarde, el capitán se fue aplaudido y saludó a la hinchada.

En el complemento, Independiente lavó la pálida imagen del primer tiempo y fue amo y señor del juego ante un River muy chiquito. Y así, a puro toque, los de Gallego se pusieron 2-0: pared entre Piatti y Busse, centro del ex Gimnasia de Jujuy y aparición goleadora por el medio del área de Silvera, quien con un remate mordido, le dio la estocada final a un Millonario que después no supo qué hacer para llegar al arco de Gabbarini.

Hasta el final, el Rojo manejó la pelota y controló sin problemas a un visitante pálido, sin ideas, que nunca puso en peligro el triunfo local. En tiempos en que los grandes son cada vez más chiquitos, Independiente sí le hace honor a su historia y mira a todos desde arriba. ¿River? En vez de hablar de amargura, deberían preocuparse por preguntarles a los de Racing dónde comprar calculadoras…

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