Hay que empezar agradeciendo al Rayo el que haya escogido el estadio Teresa Rivero como escenario de esta final. Las chicas se lo merecían y sus seguidores también. También hay que agradecerle su generosidad en el reparto de invitaciones para el club contrario. Muchas gracias.
Futbolísticamente, el partido fue muy igualado, con muchas precauciones por ambos equipos y pocas ocasiones claras de gol. Es lógico en equipos de este nivel que además se conocen mucho. Saben que cualquier fallo puede decidir la liga. Y así fue en este primer asalto. Una perdida de balón en el centro del campo y un fallo defensivo, unidos al acierto de Natalia, dierón lugar al único gol del partido, en el minuto 90.
Ahora falta el partido de vuelta. No va a ser en Cornellá y es una pena. Será en la Ciudad Deportiva. Ya ha habido llamamientos a la afición, oficiales y de aficionados, con algunos mimetismos a recientes intentos de remontada. Por favor, aprendamos la lección y demostremos que somos diferentes. No tenemos que intentar que San Adríà sea un infiero para el Rayo. Todo lo contrario. Tiene que ser la gran fiesta del futbo. Hay que recibir al Rayo con cariño, como a uno de los mejores equipos de futbol femenino (actual campeón, no olvidemos), como uno de los clubs que más apoya al futbol femenino. Después, a dar ánimos a las nuestras para que sean las mejores, para que demuestren que son las mejores. Porque quien quiera ser campeón tiene que demostrarlo siempre. Pero sobre todo, siempre un apoyo en positivo. Que pase lo que pase las chicas del Rayo se vuelvan a Madrid pensando. ¡quien pudiera jugar aqui! ¿no, Adriana? Sabes que tienes teniendo en Barcelona tu casa.
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